El concepto de competencia puede convertirse en el símbolo
de una alternativa de cambio y de mejora educativa, que nos lleve hacia muchas
posibles direcciones:
* De la enseñanza para “saber” al saber para “actuar”
* Del profesor propietario de su materia al coeducador.
* De la propiedad de la función propedéutica de acceso a estudios superiores a la
prioridad de la función propedéutica para la vida.
* De la escuela separada a la conectada en redes.
* De la perspectiva del aprendizaje centrada en el individuo a la que incluye la
interacción y el contexto.
Riesgos a evitar
_ Que las competencias básicas entren en conflicto con los actuales currículos. Es
preciso que se incorporen a ellos para no desorientar a los centros y profesores
_ Que se lleguen a considerar las competencias básicas como los niveles únicos y
óptimos para todos los alumnos. Habrá que informar bien al respecto
_ Que sólo se contemplen competencias básicas para los ámbitos curriculares más
fácilmente evaluables cuando por naturaleza son transversales y abarcan todos los
ámbitos
_ Que se desvirtúe su naturaleza, convirtiéndolas en simples contenidos curriculares.
Finalizar diciendo que a través de las áreas de conocimiento contribuiremos al
desarrollo de las competencias básicas, pero también al desarrollo de las áreas, por lo
que no existe una relación univoca. Debemos dejar claro que las áreas y materias no son
el único modo de contribuir al desarrollo y adquisición de las competencias básicas,
también contribuyen a este objetivo acciones que se llevan en torno a la organización
escolar, la acción tutorial y las actividades complementarias y extraescolares. Superando
incluso el contexto del centro. Por lo que es vital la implicación de todos los agentes
educativos en un contexto de corresponsabilidad y esfuerzo compartido.
Por último insistir en los rasgos diferenciales de las competencias versus objetivos:
constituye un “saber hacer” complejo y adaptativo, esto es, un saber que se aplica no de
forma mecánica sino reflexiva, es susceptible de adecuarse a una diversidad de
contextos y tiene un carácter integrador, abarcando conocimientos, procedimientos
emociones, valores y actitudes, que evolucionan a lo largo de la vida. Se considera que
debería cumplir tres condiciones: contribuir a obtener resultados de alto valor personal o
social, poder aplicarse a un amplio abanico de contextos y ámbitos relevantes y permitir
a las personas que la adquieren superar con éxito exigencias complejas. Es decir, las
competencias son básicas o clave cuando resultan valiosas para la totalidad de la
población, independientemente del sexo, la condición social y cultural y el entorno
familiar, y se pueden aplicar a múltiples contextos.
de una alternativa de cambio y de mejora educativa, que nos lleve hacia muchas
posibles direcciones:
* De la enseñanza para “saber” al saber para “actuar”
* Del profesor propietario de su materia al coeducador.
* De la propiedad de la función propedéutica de acceso a estudios superiores a la
prioridad de la función propedéutica para la vida.
* De la escuela separada a la conectada en redes.
* De la perspectiva del aprendizaje centrada en el individuo a la que incluye la
interacción y el contexto.
Riesgos a evitar
_ Que las competencias básicas entren en conflicto con los actuales currículos. Es
preciso que se incorporen a ellos para no desorientar a los centros y profesores
_ Que se lleguen a considerar las competencias básicas como los niveles únicos y
óptimos para todos los alumnos. Habrá que informar bien al respecto
_ Que sólo se contemplen competencias básicas para los ámbitos curriculares más
fácilmente evaluables cuando por naturaleza son transversales y abarcan todos los
ámbitos
_ Que se desvirtúe su naturaleza, convirtiéndolas en simples contenidos curriculares.
Finalizar diciendo que a través de las áreas de conocimiento contribuiremos al
desarrollo de las competencias básicas, pero también al desarrollo de las áreas, por lo
que no existe una relación univoca. Debemos dejar claro que las áreas y materias no son
el único modo de contribuir al desarrollo y adquisición de las competencias básicas,
también contribuyen a este objetivo acciones que se llevan en torno a la organización
escolar, la acción tutorial y las actividades complementarias y extraescolares. Superando
incluso el contexto del centro. Por lo que es vital la implicación de todos los agentes
educativos en un contexto de corresponsabilidad y esfuerzo compartido.
Por último insistir en los rasgos diferenciales de las competencias versus objetivos:
constituye un “saber hacer” complejo y adaptativo, esto es, un saber que se aplica no de
forma mecánica sino reflexiva, es susceptible de adecuarse a una diversidad de
contextos y tiene un carácter integrador, abarcando conocimientos, procedimientos
emociones, valores y actitudes, que evolucionan a lo largo de la vida. Se considera que
debería cumplir tres condiciones: contribuir a obtener resultados de alto valor personal o
social, poder aplicarse a un amplio abanico de contextos y ámbitos relevantes y permitir
a las personas que la adquieren superar con éxito exigencias complejas. Es decir, las
competencias son básicas o clave cuando resultan valiosas para la totalidad de la
población, independientemente del sexo, la condición social y cultural y el entorno
familiar, y se pueden aplicar a múltiples contextos.
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