miércoles, 16 de junio de 2010

CONFERENCIA EL PODER DE LA MENTE





El Ing. Francisco Laurent impartio la primera conferencia "El poder de la Mente" dentro del ciclo de que se impartira en nuestra institución.
El expositor de estas conferencias Francisco Laurent cuenta con una larga trayectoria y experiencia en el tema.



Los regalos que la vida, la naturaleza nos ha dado son los siguientes: 1) La libertad de elegir, 2) Los principios, y 3) Las inteligencias.

Libertad de elegir

Principios Inteligencias

Fig. 1. Los tres dones

La libertad de elegir

El modelo estímulo-respuesta es simple. Veamos; ante un estímulo cualquiera hay una respuesta por parte nuestra, pero entre ambos hay un espacio—o brecha—en el cual decidimos el tipo de respuesta a optar.


Fig. 2. Modelo Estímulo-respuesta

Las inteligencias

El tercer don es múltiple y está conformado por las inteligencias. Cuando hablamos de inteligencia pensamos en la habilidad intelectual para analizar, hacer abstracciones, usar el lenguaje, y comprender. Sin embargo, estas caracterizaciones obedecen exclusivamente a la esfera del intelecto. Estas constituyen solamente un aspecto de la inteligencia, la cual podríamos llamar inteligencia mental. Pero la inteligencia es algo más que eso. Daniel Goleman habla de la inteligencia emocional como la capacidad de conocerse a sí mismo, de adaptarse a un medio socio-cultural y de relacionarse y comunicarse con las personas de una manera exitosa. Este tipo de inteligencia es en muchos casos mucho más importante y útil que la primera. Los especialistas señalan que la inteligencia emocional determina, en mayor medida que la mental, el éxito en los ámbitos de las relaciones humanas, las comunicaciones y el liderazgo.

Fig. 3. Las 4 inteligencias/capacidades

Además de estos dos tipos de inteligencia, tenemos la física y la espiritual. La inteligencia física es la capacidad que tiene nuestro cuerpo para funcionar coordinada y armónicamente—aun mientras dormimos—y para curarse a sí mismo. Es importante ser conciente de esta maravillosa capacidad, la cual muchas veces damos por descontada.

La buena nueva de todo esto radica en que estas capacidades no son estáticas y en la posibilidad de desarrollarlas. Como es fácil advertir, las 4 inteligencias tienen áreas comunes, una y otras se traslapan. Por ejemplo, si hacemos ejercicio físico, nuestro tono muscular mejora y nuestro cuerpo, en general, se va a hacer más flexible, fuerte, saludable y va a funcionar mejor. Lo cual va a influir en nuestro estado emocional y mental, vamos a funcionar de una manera más armoniosa con nuestro entorno social, y vamos a ser capaces de pensar de una manera más clara.

Nuestro destino es evolucionar, para eso estamos sobre este planeta. Nuestra tarea, por consiguiente, es desarrollar las cuatro aspectos de nuestro ser: físico, mental, social, y espiritual.

Lo ideal es trabajar conjuntamente en el desarrollo de las 4 inteligencias. Para ello podemos valernos de algunos ejercicios propuestos por Covey, los cuales he modificado ligeramente. Trace un plan en cada una de estas dimensiones y dé los pasos necesarios para hacer cambios efectivos. Si piensa que es demasiado trabajar simultáneamente en las cuatro dimensiones, empiece por identificar algunas de ellas y dedíquese a su desarrollo. He aquí los ejercicios:

1. Para la inteligencia física—suponga que usted ha tenido un ataque al corazón; ahora viva de acuerdo con esta realidad.

2. Para la inteligencia mental— suponga que solamente le quedan cuatro años de vida útil en su profesión; ahora viva de acuerdo con esta realidad.

3. Para la inteligencia emocional— suponga que todo lo que usted diga sobre otras personas, puede ser escuchado por ellas; ahora viva de acuerdo con esta realidad.

4. Para la inteligencia espiritual— suponga que usted tiene una reunión mensual con su Dios; ahora viva de acuerdo con esta realidad.

Los esfuerzos por desarrollar estas capacidades, si bien es cierto van a redundar en nuestro beneficio personal, no son vanos ejercicios egoístas, pues debemos entender que cuanto mejores personas seamos, más beneficios podremos aportar a la sociedad y los demás. Cuanto mejores individuos seamos, nuestro impacto y capacidad de influir en otros serán mayores. Cuanto más desarrollemos estas capacidades estaremos en mejores condiciones de inspirar a nuestros semejantes en encontrar su verdadero camino.

Podemos crear un mundo nuevo

Contamos con todo lo necesario para hacer de nuestra vida lo que siempre hemos soñado; contamos con las inteligencias o capacidades; tenemos los principios que forman parte intrínseca de nuestra naturaleza; y contamos con la libertad de elegir lo que queremos hacer de nosotros y de nuestra vida.

Hemos recibido estos dones como parte de nuestra naturaleza. Es necesario ser consciente de ellos, aplicarnos en nuestra vida y desarrollarlos. Al hacer uso efectivo de estos dones podemos ser más felices, sabios, y, por consiguiente, aportar algo mejor a la comunidad en la que estamos inmersos. Al crecer como personas podemos convertirnos en fuente de inspiración para otros y ayudar a los demás en la búsqueda de propia voz. Premunidos de las inteligencias, basados en los principios, y entrenados en el uso juicioso de la libertad de elegir, podemos crear un mundo nuevo y más pleno para nosotros, y, como consecuencia, para los que nos rodean.


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